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HOLA

 

¿Sabías que llevar un niño al teatro es un verdadero acto de amor?

Porque nos acerca la oportunidad de conectarnos con nuestras emociones, de hacernos preguntas y cuestionarnos. Nos da la posibilidad de conocer y comprender diferentes visiones de la vida y del mundo. Funciona como un espejo en el que nos auto observamos y reflexionamos sobre nosotros, sobre nuestro entorno, como individuos y como comunidad.

 

¡Es un gran generador de empatía! Vemos historias del mundo, personajes diversos, vivimos junto a ellos sus aventuras, sus derrotas, sus tristezas, sus logros.

Aunque no vamos a hacernos de amigos o a charlar, se genera un encuentro profundo entre la audiencia cuando una obra es potente. Miradas cómplices, una red de emociones, un acompañamiento, un encuentro verdadero. Es una experiencia estética que enciende y afina la percepción e impacta directamente en los niños y las niñas. Por eso...llevar un niño al teatro es un ABRAZO de OSO que le dejará un calorcito que durará toda la vida.

 

Este es el teatro que hacemos en La Lupe, para y con los niños.

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